sábado, 4 de diciembre de 2010

Muñeca Tití



Esta hermosa muñeca (cuando era niña me parecía hermosa porque era rubia, de ojos azules, diferente a los estereotipos de muñecas que se vendían en ese tiempo) marcó la diferencia entre tener y no tener, me mostró en mi niñez que no todos los seres humanos con solo desearlo podemos obtener lo que queremos, que existen diferentes clases sociales. También debido a ella, comprobé que los Reyes magos no existían. Cuando tenía 6 años de edad creí que portándome bien esos seres imaginarios vendrían a mi casa y me traerían la muñeca con la que soñaba, ya que por ser “magos” podrían concederme mi deseo. Todos los días al prender el televisor aparecían los comerciales con todos los juguetes que los niños podían pedirle a los reyes magos, pero el 6 de enero de 1969, al levantarme, vi con sorpresa que lo que con tanto anhelo solicite no me lo habían concedido.

Para mí, esta muñeca fue el motivo de la frustración que viví en mi infancia, y entendí que solo con la preparación, el esfuerzo, el ahorro y la lucha constante podría obtener lo que yo quisiera, vivía en un mundo donde los que tienen dinero pueden comprar lo que se les antoje y yo por ser pobre no podía tener mi muñeca.
En casa la educación fue muy estricta, las niñas no podían jugar con los niños porque era malo, y menos andar en la calle porque te llamaban “chamaquita callejera”. Fui educada para cuidar el buen nombre de la familia y realizar quehaceres propios de niñas, por lo tanto no podía jugar futbol, yo-yo o trompo, “eso es cosa de hombres” siempre escuchaba decir a mi madre, por eso solo jugaba a la comidita, a la mamá que cuida a sus muñecas y las regaña por portarse mal.

Los reyes magos siempre me traían juegos de té, cazuelas y metate o una muñeca que no hacia ninguna gracia; por eso cuando yo vi por primera vez a Tití: la mamá arrulladora en la televisión quise tenerla conmigo. La diferencia de edades que hay entre mis hermanos y yo es mucha, yo crecí sola, jugaba sola e incluso salía al patio de mi casa a gritarles a los aviones que me trajeran una hermanita para jugar (mi mamá decía que los aviones traían a los niños), es por ello que deseaba tener esa muñeca, porque además mecía a su bebé y caminaba, pensaba que sería una buena compañía para mí.

Mi papá no me dejaba jugar con mis primas, su frase que siempre me decía cuando le pedía permiso para salir era “entre los parientes y el sol entre más lejos mejor”, si con las primas no me dejaba ir, mucho menos con las compañeras de escuela; recuerdo mucho que yo le decía: “papi me das permiso de ir con mis amigas a jugar”, el repetía “el mejor amigo es un peso en la bolsa” y que si no tenía nada que hacer que me echara a dormir.

Además quería presumirles a mis primas, a mi al menos me traían los reyes un juego de te porque fui la mas chica de cinco hermanos y a ellas no les traían nada porque eran doce de familia. Sin embargo, por ser yo la menor, me compraba lo que estaba dentro de sus posibilidades, siempre recuerdo que yo quería usar zapatos de hule para meterme a los charquitos de agua y no lo podía hacer porque usaba zapatos “Canadá” y mis primas siempre usaron zapatos de hule y ellas si brincaban en los charquitos de agua ¿Qué cosas no? Nunca estamos de acuerdo con nada.

Ya que en este mundo existen personas que tienen más y otras menos, los que poseen los medios de trabajo y quienes ofrecen la fuerza de trabajo, los medios de comunicación siempre nos bombardean con los productos que ofrecen y nos volvemos consumistas y vivimos en un círculo vicioso, acaparando muchas cosas que ni falta nos hacen, pero como vivimos en un mundo capitalista creemos que adquiriendo bienes y servicios somos mejores que otros.

Maria Magdalena Coronel Cotonieto (Estudiante de la Licenciatura de Educación, 49 años).

2 comentarios:

  1. la muñeca se vende?? es que soy coleccionista,,mi correo es: ana_rico83@hotmail.com, gracias!

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  2. Lamentablemente, no está en venta. ^^


    Saludos.

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