sábado, 4 de diciembre de 2010

Barbie Rapunzel


La primera vez que recuerdo que el capitalismo apareció en mi vida fue cuando por primera vez los Reyes Magos me trajeron una Barbie Rapunzel. Sin darme cuenta, me estaba metiendo en algo que terminaría por dominarme. Recuerdo que hice de todo para merecerme esa muñeca: tanto me gustó, que ya quería tener en mis manos todas las que veía en los aparadores de las tiendas; se las pedía a mis papás, pero la respuesta era siempre que estaban muy caras, que era pagar mucho dinero por una muñeca. Entonces, empecé a ir al negocio de mi padrino, una refaccionaria, le ayudaba a acomodar todas las refacciones que le llegaban. Para ese entonces, tenía 8 años, y lo que me pagaba semanalmente eran como 50 pesos, eso junto con lo que me daban de domingo que me daba mi papá (otros 50 pesos) me logré hacer de mi segunda muñeca. A mis papás se les hacía muy raro que no me gastara para nada lo que me daba mi padrino y el dinero de papá, pero para antes de mi cumpleaños (agosto/septiembre), me compré dos cosas: una muñeca Barbie que tenía aroma a fresa y de una de salón de belleza con bastantes accesorios.

Mis papás me preguntaban que si, para regalo de cumpleaños, ya no iba a querer nada, y yo les contestaba que sí, que quería un camper de lujo para Barbie, ese lo vi en la Jugueteria TONY y me encantó, así que convencí a mis papás para que me lo regalaran.

Y así, con el tiempo, me pude hacer de la colección de Barbies que ahora tengo, en total veinte muñecas y un Ken; tres carros de Barbie: un beetle, la limosina y el camper de lujo.

De pequeña, no entendía el significado del dinero, ni de cómo este influía tanto en nuestras vidas, pero con el tiempo, me he hecho de experiencias que me han servido para darme cuenta del valor que tiene ese gran poderoso es señor don dinero.

Sharon Patricia Ortíz Chávez (Estudiante de la Licenciatura en Educación, 18 años).

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